• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 28 de Marzo de 2024

MARIO BARRUETA GARCIA, LA INTEGRIDAD DE UN LIDER


Lenin Bocanegra Priego**


Celebro la congruencia  de la Lic. Yoana Cristel Sánchez Aguirre, Directora General del Instituto de la Juventud de Tabasco, de mantener avivada la llama histórica  del movimiento socioestudiantil del 68.  En el  2013 recordó la fecha del 2 de octubre con una conferencia que sobre esos hechos y los que tuvieron lugar en Tabasco, realizada en el auditorio de la biblioteca José María Pino Suárez. Esta vez ha organizado una ofrenda floral en honor del líder universitario Mario Barrueta García, en el Panteón Central donde reposan sus restos.  Con ello, la funcionaria denota sus raíces ideológicas y su vocación de servicio, pues con acciones de este tipo está procurando que las nuevas generaciones despierten del aletargamiento en el que hoy pernoctan y regresen a la realidad vivificante de su entorno que reclama la participación dinámica y edificante de las nuevas generaciones.

    En efecto, Mario Barrueta García fue el líder de aquel movimiento socioestudiantil que tuvo como escenario la capital villahermosina y que culminó con la represión gubernamental el 29 de julio de 1968, en la Plaza de Armas. Meses después, otro movimiento similar que se escenificó en  el Distrito Federal también fue objeto de la represión por parte del Ejército, en la Plaza de las Tres Culturas de Santiago de Tlatelolco, el 2 de octubre, en donde cientos de estudiantes y civiles cayeron inertes por las traicioneras balas asesinas de los genízaros al servicio del presidente priista Gustavo Díaz Ordaz.
    Estudiante universitario sencillo, amigable y leal a sus principios, Mario Barrueta García encabezó el movimiento que primero fue estudiantil y después asumió características sociales por la participación de ciudadanos de todos los niveles, principalmente de obreros y campesinos tabasqueños que anhelaban un mejor nivel de vida. Mario, como comúnmente los llamábamos, no sucumbió a los cañonazos de quinientos mil pesos por parte del gobierno local -que en aquel entonces era un dineral- para que le ofrecieron para vender  el movimiento. Rechazó con coraje y conciencia las tentaciones del dinero y las posiciones y privilegios que por añadidura le prometieron.  Su postura fue de hombre viril y de una sola pieza.
    Por eso se le recuerda porque su ejemplar actitud de integridad fue guía invariable para sus contemporáneos, así como lo es ahora para las  las nuevas generaciones.
    Un ejido con una población de 335 habitantes en Cunduacán y una escuela primaria rural federal en Villa Benito Juárez (San Carlos de Macuspana) llevan su nombre. Hasta en la historia su modestía  continua vigente.
    La cita es el 2 de octubre a las 10:00 horas en el Panteón Central de esta ciudad.
    *Presidente de la Asociación de Abogados Progresistas de Tabasco, A. C.
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