• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 28 de Marzo de 2024

Acupuntura, una alternativa médica


Por Cecilia Vargas Simón


Villahermosa, Tab., 25 de enero.- Las bases de la acupuntura son la anatomía y la fisiología del cuerpo humano, aprender, cómo, a través del mismo corre la energía, los canales energéticos son canales nerviosos, los chinos a través de su cultura milenaria los fueron descubriendo, explica la doctora Gabriela Figueroa Castillo en entrevista con La Verdad del Sureste.

    La doctora Gaby, como sus pacientes la conocen, es de los profesionistas que llegaron a este estado al que hoy le tiene un gran cariño y ha establecido con sus pacientes tabasqueños lazos que van más allá de la atención médica que prodiga con esa técnica, cultivados en alrededor de 25 años de ejercicio profesional.  
    La doctora Figueroa Castillo inicio su carrera profesional como acupunturista, primero en el Distrito Federal, pero la mayoría de esos veinticinco años,  los años que viene aplicando tratamientos con agujas y ahora con la técnica del biomagnetismo,
    ¿La existencia de esos canales es visible a través de estudios como radiografías u otros más modernos? Inquiere la reportera.
    No. Los chinos a través de muchos milenios los fueron descubriendo picándose donde había dolor, observando y experimentando hacia donde se dirigían la diversas corriente energéticas, porque nuestro cuerpo es energía.
    De padres tabasqueños, la doctora Figueroa Castillo primero estudió la carrera de dentista, ahora estomatología, en la Universidad Autónoma Metropolitana de la ciudad de México, de donde también es originaria.              
    Por eso le preguntamos ¿cómo es que optó por especializarse en acupuntura?
    Padecí migrañas cuando joven, cuenta,  todavía cuando estudiaba la carrera en la UAM, ahí nos daba clases un maestro, también estomatólogo que también se hizo acupunturista, decidí ponerme en tratamiento con él,  me atendió seis meses al término de los cuales sané de ese mal.
    Al concluir la licenciatura, me dije qué otra cosa hago  y me apunté a un curso de acupuntura de seis meses en la misma UAM, al término del cual el  maestro me comentó que me veía muy interesada en la acupuntura y recomendó que estudiara la especialidad en el Instituto Politécnico Nacional, en donde también se imparte  la carrera de médico homeópata.
    Con base en los estudios de medicina que tenía me admitieron en el IPN, en la mañana estudiaba acupuntura y por la tarde fisiología y farmacología, porque yo solo tenía conocimientos de la anatomía de la cabeza y cuello, no de todo el cuerpo humano.
    Ahí comenzó mi trayectoria, luego también el poli, tomé un curso de analgesia acupuntural, es decir anestesia con agujas que impartió un médico vietnamita, cuyo traductor era el profesor Tomás Alcocer, mi maestro de toda la vida y precursor  de la acupuntura en México.
    Al termino de ese curso, el profesor Alcocer nos informó que quienes estuviéramos interesados en tomar un curso de acupuntura en China que nos proporcionaría la información.
    “A mí me brillaron los ojitos” y aproveché la oportunidad de seguir estudiando acupuntura y me fui a China ahí estuve año y medio.
    -¿Entonces nunca ejerció la carrera de estomatóloga?
    Como dos años nada más, cuando regresé de China puse mi consultorio en Texcoco, estado de México tres días trabajaba como dentista y tres como acupunturista, me sentía muy a gusto, pero tuve que tomar la decisión de venir a Tabasco, porque mis padres decidieron vivir en su estado natal. Estaba soltera, me sentí muy sola cuando ellos se vinieron porque somos muy apegados.
    Cuando llegué a Tabasco me di cuenta que odontólogos había por todos lados y que no había  acupunturistas y ello me decidió a dedicarme por completo a la acupuntura.
    Ahora solo voy a la ciudad de México a seguir preparándome, siempre estoy en proceso de actualización, porque cada día se descubren nuevas cosas, nuevos puntos energéticos, nuevas técnicas.
    -¿La acupuntura funciona para todas las enfermedades? Se le pregunta.
    Todas, responde, pero mucho depende de que el paciente crea  que se puede curar.
    -¿Sus pacientes son hombres y mujeres que han agotado las posibilidades de curación o mejoramiento a través de la medicina alópata?
    Viene de todo, muchos han pasado por tratamientos alópatas, otra que no tiene ni idea y viene a experimentar; no obstante, hay pacientes que continúan sus tratamientos alópatas y los complementan con medicina alternativa.
    -¿A esos últimos les recomienda que abandonen sus tratamientos alópatas para someterse a la acupuntura?
    No, no, no, puntualiza, lo que a veces les pedimos es que bajen un poco la cantidad de medicamentos, para activar los canales energéticos que a veces se bloquean con la ingesta de medicinas y también para que el paciente se dé cuenta de la  mejoría con la acupuntura.
    -Hay enfermos que no se pueden curar ni con la acupuntura ni con la medicina alópata ¿Le llegan casos como esos?       
    Si me llegan,  por ejemplo, pacientes con cáncer terminal a los que solos les podemos ayudar para disminuir los dolores en los momentos más críticos. A veces se cree que, en estos casos,  la acupuntura no sirve de nada, porque mentalmente les invade el pesimismo.
    -¿Qué casos  graves recuerda haber logrado sacar adelante?
    Me viene a la mente, cuenta la doctora Gabriela Figueroa, el caso de un niño con insuficiencia hepática, al que médicos alópatas lo habían desahuciado, Trabajamos mucho con él y mucho tiempo, era muy chiquito, hoy tiene 15 o 16 años y goza de buena salud.
    Traté también a un paciente en su domicilio, había sufrido un derrame cerebral y se encontraba ya en estado cuadripléjico (lesión medular cuya consecuencia es principalmente la parálisis de las cuatro extremidades), no recuerdo bien si fue en la sexta o séptima sesión cuando el paciente comenzó a abrir y cerrar los ojos  y ya levantaba una mano. Estuvo mucho tiempo en tratamiento con acupuntura, pero fue uno de los casos graves con resultados rápidos.
    La doctora Figueroa no lo dice, pero también conocemos casos de otros de sus pacientes que han respondido a sus tratamientos, ancianos en tratamiento alópata, a los que ha nivelado la hipertensión, en tres sesiones;  parar un sangrado por la orina a un paciente con un nivel de plaquetas muy por debajo de su nivel normal; controlar vértigos o detener un cuadro de vómito de 24 horas, frotando el vientre de la paciente con sal de grano.
    -¿El éxito de los tratamientos con acupuntura dependen también del paciente?
    Sí, explica, porque la acupuntura no atiende la enfermedad sino trata los órganos dañados, la falta o exceso de energía y tenemos que encontrar el equilibrio y esto tiene que ver con los problemas sentimentales que enfrentan los pacientes.
    Cuando el paciente los expresa, veo la manera de atender y nivelar esa parte, la de los sentimientos -la depresión, miedo, angustia, ausencia de cariño- porque  las enfermedades se producen por falta de paz y tranquilidad, de seguridad, entonces hay que atacar la enfermedad y aparte lo otro.
    Los tratamientos con acupuntura dependen en 50 por ciento del médico y la otra mitad del paciente, la confianza de que estos tratamientos van a mejorar o curar su situación de enfermedad y que verá resultados inmediatos.
    Por supuesto que no basta con una sesión de agujas, aclara, porque puede mejorar un día pero al otro amanecer con dolores de cabeza, por ejemplo, también influyen la situación del sistema inmunológico, la vida cotidiana y alimentación del paciente enfermo.
    -Ahora también trata con biomagnetismo ¿abandonará la acupuntura?
    Las dos terapias son maravillosas, el biomagnetismo se me ha hecho fácil y lo entendí de inmediato porque los magnetos se aplican en los mismos puntos de la acupuntura, solo que la energía que se mete al cuerpo con los magnetos es mucho más fuerte, pero hay casos que los resuelvo con acupuntura.
    Muchas veces los pacientes me piden que los trate con agujas, porque no cree que unos simples imanes los pueda curar o mejorar su estado, concluye.

La doctora Gaby, como sus pacientes la conocen, es de los profesionistas que llegaron a este estado para ejercer su carrera profesional como acupunturista. (Foto: Tomás Rivas) La doctora Gaby, como sus pacientes la conocen, es de los profesionistas que llegaron a este estado para ejercer su carrera profesional como acupunturista. (Foto: Tomás Rivas)