• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 29 de Marzo de 2024

La Controversia

El proyecto


Tilo Vargas


¡Ya subió todo, el dinero no alcanza!----. Esto es lo que el pueblo de México dice ahora.
Hace algunas décadas atrás, las cosas eran diferentes.
    Los campos se veían reverdecientes. Era emocionante ver en cada lugar del país, grandes plantíos de productos de cultivo alimentario.
    México era un país alimentariamente autosuficiente, y hasta exportaba (vendía) los excedentes alimentarios.
    Los mexicanos teníamos una gran riqueza alimentaria. No dependíamos de ningún capitalista nacional, mucho menos extranjero en el ámbito alimentario.
    El país tenía sus propias centrales de abasto, donde se concentraban las producciones alimentarias nacionales, y de ahí se distribuían a los expendedores y luego a los consumidores. Pero una producción propia nacional.
    En esa época, unos de 50 años atrás, no teníamos la dependencia de ningún supermercado extranjero en términos alimentarios.
    En cada casa campesina del país había, aparte de los huertos de traspatio, había la actividad productiva del mexicano campesino. Se cosechaba la base alimentaria del hogar. Y también el campesino vendía el excedente que no utilizaría antes de la siguiente cosecha.
    Cada familia campesina tenía la cultura del almacén alimentaria, prioritariamente la base alimenticia del mexicano. Tenían sus trojas o graneros, lugar acondicionado para guardar toneladas o zontles de maíz. Que esa es la base alimentaria en México.
    Cosechaba frijol, arroz, frutas, verduras, tubérculos, yerbas alimentarias etc. Y prioritariamente, entre toda la familia, se dedicaban a la producción de gallinas, pavos, cerdos y patos.
    El pueblo de México, y el campesinado prioritariamente, no sufrían alimentariamente. Era autosuficiente y tenía plena libertad alimentariamente.
     El pueblo de México, el campesino, solo compraba el azúcar, la sal, la cal para el maíz y el jabón. Todo lo demás, prioritariamente la alimentación él la producía. Ah, y no usaba pesticidas ni venenos para la empieza de de sus terrenos de cultivo, todo lo hacía a mano.
    Esa libertad alimentaria y sin consumismo del mexicano no gustaba, incomodaba a los grandes capitalístas, y principalmente a la macroeconomiacapitalístas extranjeros.
    Y al sistema no le convenía que el pueblo no tuviera necesidades alimenticias, porque no podían ser manipulados por esa necesidad.
    El pueblo no veía televisión, no perdía el tiempo frente a ningún aparato. Solo escuchaba radio, pero eso no le hacía perder tiempo, ellos hacían sus actividades productivas sin ser distraídos.
    Fue entonces que inició el proyecto, era el proyecto del capitalista. Años después (tal vez una década), ese proyecto capitalista se convertiría en el neoliberalismo político-capitalista en el país (hace unos 32 años atrás).
    El proyecto se basaba en que el pueblo dejara de producir alimentariamente. El proyecto era hacer al pueblo dependiente alimentario, para luego volvernos esclavos alimentarios.
    Ese proyecto se cristalizó aun más desde el gobierno de Miguel de la Madrid (inicios del neoliberalismo), y reafirmado por Carlos Salinas de Gortari. Fue cuando se empieza a dar un presunto apoyo al productor, denominado PROCAMPO. Ese fue el gancho, para que el campesino dejara de producir. Ya había hecho el estudio el sistema.
    Al darles un dinero cada temporada de producción de maíz, haría hacer al campesino, que se distrajera en ir al pueblo a cobrar, al darles eso, también les envío a quienes le servirían al sistema de cómplices, los supervisores. Ellos le proponían al campesino que no produjeran, que por una lana, anotarían que si había producción, pero al final el campesino no produciría. El sistema sabía que esa era la debilidad del campesino.
    Ellos por su ignorancia y sentimientos nobles, cayeron el proyecto del sistema. Los resultados han sido favorables, muy favorables para el neoliberalismo capitalista político.
    Hoy (30 años después) el pueblo, el campesino prioritariamente, ya no produce ni siquiera su propio sustento alimentario, no, ya no. Ahora tiene que salir el campesino a comprar a los negocios de los macrocapitalístas extranjeros hasta lo que él producía en sus terrenos y traspatios.
    Esto les genera dependencia alimentaria al pueblo; pero por demás mucha vulnerabilidad a los intereses del sistema en el país que son cómplices del macrocapitalísmo extranjero.
    Hoy, ya no solo hay en el país pobres de propiedades de bienes raíces, sino lo peor, ahora ya somos pobres alimentarios, lo que se le denomina también pobreza extrema. Ya no producimos ni nuestro propio alimento.
    El pueblo fue dogmatizado ya a la dependencia alimentaria, así el sistema por hambre está manipulando a sus intereses al pueblo. Y todavía les suma la pobreza cultural y de raciocinio, al dogmatizarlos a estar inmersos en los artilugios de la televisión.
    Hoy el pueblo no produce, no discute, no exige, no razona, no acciona, y ya ni sueña en proyectos productivos. Hoy el pueblo es un zombi, algo así como la película de Resident Evil. Y lo peor, el macrocapitalísmo-político mundial que invadió al país, nos dan a comer productos industrializados que son desechos de desechos con saborizantes y colorantes. Nos están matando poco a poco atravez de la alimentación, o lo que nosotros creemos que es alimento.
    De ahora en adelante, si el pueblo sigue cayendo más profundo en los intereses del proyecto, si el pueblo no despierta de ese sonambulismo, entonces nos volveremos solo esclavos del sistema político-macroeconómico, y al final solo seremos constantemente entes de prueba del sistema. Seremos sus desechables en las próximas guerras de capitales mundiales.
Ese es el proyecto.
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Controversia Radio 104.9 FM, a las 3 pm.
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