LA CONTROVERSIA

Ya hay candidato. Fueron oficializados como candidatos a la presidencia del República. Los tres, Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya Cortés.
    Cada uno por sus respectivos grupos.
    De los tres, hay uno menos malo. Y es en quien hemos puesto nuestras esperanza una gran parte de los mexicanos.
    Los malos oficiales son los que están patrocinados por intereses del neoliberalismo. Y son lo que tienen una encomienda, no para beneficiar al pueblo, sino para beneficiar a los grupos macroeconómicos neoliberalístas nacionales y extranjeros.
    Esos dos son Meade y Anaya.
    Se les considera así, porque han participado en la aprobación de reformas y estrategias para despojar del patrimonio nacional al pueblo de México y por reformas entregarlo a los grupos capitalistas macroeconómicos neoliberalístas.
    No se le puede decir bueno a quienes han sido cómplices y actores desde sus posiciones, del despojo del pueblo. Y no se le puede llamar bueno a quien entrega el patrimonio nacional a extranjeros y privados amigos del régimen.
    Son malos, porque lo que hacen es maldad al pueblo, no importando el daño que le están haciendo a futuras generaciones de mexicanos y las actuales.
    A Obrador se le consideraría entonces el bueno, pero ese título lo ha perdido, desde el primer momento en que empezó a aceptar en su casa a aquellos que han participado también en acciones malas junto con los malos.
    No estamos diciendo que el haya hecho algo malo que dañe al pueblo, no, estamos diciendo que ha metido a su casa a sirvientes de los malos. Esto es, está metiendo a malos en su casa. Y cuando hay malos en la casa, hay contaminación de la maldad.
    Les explicaré mejor. Aclaro, AMLO no se gana el nombramiento del menos malo porque haya cometido cosas malas, sino por los malos que está permitiendo que le rodeen.
    Aun así, hemos puesto la esperanza material en que pueda llegar a la presidencia y rescatar al país, aun por encima de los malos que ya tiene dentro de su casa.
    Y digo que ha metido a malos a su casa, por lo siguiente. Ha aceptado a panistas y priístas de la alta esfera (entre ellos ex dirigentes y ex funcionarios), que solo ahora dicen, que AMLO es muy bueno porque están recibiendo posiciones electorales, como candidatos a senadores, diputados federales, gobernador, alcaldes, diputados locales, etc.
    Es como si a tu casa metieras secuestradores, asesinos o rateros, que te dicen en el momento que entran que ya han dejado de serlo, pero que traen con ellos el estigma de maldad.
    Y no estamos diciendo que el dueño de la casa, ni la casa sean malos o delincuente, pero si han entrado a ella y han rodeado al dueño de la casa hay cierta desconfianza.
    Ahora, si calificamos a los tres, dos son malos porque ellos si han participado en maldades, han hecho maldades en contra del pueblo. Y eso los hace ser malos. Por ello hay completo repudio de millones de mexicanos hacia ellos.
    Pero AMLO es menos malo, porque él no ha hecho maldades contra el pueblo, pero al no ser completamente bueno por lo que metió a su casa, es entonces menos malo, y por mucho es menos malo.
    Pero hay esperanza en él de que aun y con los malos que ha metido pueda hacer cosas buenas teniendo el poder en sus manos.
    ¡Y ya es la última esperanza que nos queda en este país!. Es el único que promete de forma creíble justicia para someter a los malos, acción que es necesaria en este país. ¡Y esperamos que así lo haga!.
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