• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 25 de Abril de 2024

EL CURIOSO CASO DEL FISCAL SANTIAGO NIETO


Edgar Martínez Briceño


Villahermosa, Tabasco, 21 de marzo de 2017. Todo empezó con “Odebrecht”, palabra multicitada e incómoda para el priismo imperial (el del presidente nacional y su círculo cercano).
    Es el nombre de la empresa brasileña acusada de corrupción por ofrecer sobornos multimillonarios a más de una decena de países para verse favorecida con contratos de obra pública (con PEMEX en nuestro caso).
    Del escándalo internacional resultante son de especial interés para México las declaraciones ante la justicia de un número de directivos de la constructora brasileña, quienes hacen referencia de sobornos de hasta por 10 millones de dólares entregados en 2012 a Emilio Lozoya Austin, hoy ex director de Petróleos Mexicanos y quien entonces fungía como Coordinador de Vinculación Internacional de la campaña del entonces candidato y hoy presidente Enrique Peña Nieto (dinero que quizá pudo ser bien invertido en gorras, cilindros, banderitas, finísimos copetes hechos a mano, mapaches, moches, votos, “peña bots”, gallinas, cochinos, cerdos, marranos…o que quizá fue integrado a algún programa social para el combate a la pobreza desde el primer minuto de la actual administración).
    Derivado de lo anterior Santiago Nieto Castillo, hasta hace poco titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) inició la investigación del presunto financiamiento ilegal a la campaña de Enrique Peña Nieto (aquí es donde comienza lo bueno). Como consecuencia de los avances en dicha investigación el fiscal Nieto declararía públicamente la existencia de presiones hacia su persona por parte de Lozoya Austin bajo la exigencia de que lo exonerara y hasta le ofreciera disculpas públicas.
    Y se armó la “vendetta”. El priismo imperial inmisericorde por la falta de servilismo a la impunidad hasta el momento mostrado por Santiago Nieto decidió actuar en pandilla. Por un lado le cortaba la cabeza desde la PGR. Fue destituido.
    Por otro lado, dictaba a sus esbirros en el Senado de la Repúlica (PRI-Partido Verde) el circense bloqueo al derecho de Santiago Nieto de ser votada su remoción por los 128 senadores, ya sea para ratificarla, o para dar marcha atrás y volver el fiscal a su cargo.
    El callejón sin salida. La batalla en el Senado para el PRI estaba claramente perdida, ya que PAN, PRD Y MORENA conformaron un bloque para votar juntos e impedir la remoción del Fiscal.  El PRI estaba acorralado. Sabía que si el ex fiscal volvía a su posición podría vengarse, ya sea intensificando las investigaciones contra Lozoya (con Peña Nieto como uno de los principales perjudicados) o ya sea negándoles la tradicional impunidad electoral en la contienda del 2018, ambos escenarios con la consecuente pérdida de la presidencia de la República.
    Las patadas. Por si lo anterior fuera poco los partidos del bloque, decidieron frenar el análisis de la Ley de Ingresos 2018 ante el intento del PRI de hacer secreta la votación por el tema del fiscal (piensa mal y acertarás).
    La magia. Al final el PRI lo logró: en un escenario en que desde cualquier perspectiva el partido en el poder se veía derrotado y al punto de la desgracia política, fue el exfiscal quien resolvió el acertijo.
    Santiago Nieto decidió abandonar la batalla (ganada) bajo el argumento de que no existían condiciones para su regreso como fiscal.  Y la maquinaria de la dictadura perfecta regreso a su giro habitual. ¿Qué le habrán dicho a Santiago desde el averno?
    A modo de ilustración (tuit de @nacholozano):
    FEPADE: Fiscalía Encargada de Proteger a los Amigos de Enrique.
@MartinezBriceno