• La Verdad del Sureste |
  • Sábado 20 de Abril de 2024

Dos generaciones, dos ritmos; prehispánica con electrónica


Por Cecilia Vargas Simón


Primera parte
  
Villahermosa, Tab., 19 de octubre.- Ot’ Zey  Cum, simbiosis, padre e hijo, Hernán Avalos Hernández y César Augusto Avalos Guitar,  dos generaciones unidas por lazos de sangre y música, por sonidos del pasado prehispánico y el Beat de la música electrónica.
   “Queremos seguir fusionando instrumentos prehispánicos  con música moderna, que en Tabasco se conozca este concepto, pero también que nuestra gente sepa que somos gente de aquí  quienes desarrollamos este proyecto”.
    Dice a La Verdad del Sureste, Hernán Avalos Hernández, maestro de educación artística en funciones, con una larga trayectoria artística y padre de dos hijos, César Augusto Avalos entre ellos, profesional de la comunicación pero también de la música.
   Luego de una presentación en el Centro Cultural Villahermosa y en la que los presentes, por unos minutos, fuimos  transportados al mundo prehispánico y al medio ambiente de Tabasco,  reminiscencia de un pasado inexistente, a través del sonido rítmico de tambores, decenas de silbatos, conchas y un video de fondo, enriquecido  armoniosamente con la música electrónica y un video alusivo de fondo, los dos músicos nos hablan de su trayectoria.
    Hernán Avalos Hernández, menciona que desde hace treinta años, es maestro de educación artística en la primaria pública “Gregorio Méndez ”, ubicada en la calle Aquilés Serdán o segunda del Aguila, en donde enseña a niños y niñas danza, música, teatro, artes visuales y plásticas, como parte de un programa establecido por la Secretaria de Educación Pública.
    De cómo y cuándo el maestro Hernán incursionó en la música cuenta:
    “En mis años mozos, un tío que ya falleció y al cual agradezco estar aquí,  vio mi inquietud por la música, y con él aprendí  a leer signos musicales  y a tocar instrumentos como el saxofón y la flauta, fue en ese momento en que inicie una carrera maravillosa para mí, porque después conocí a unos amigos del  grupo de música entonces llamado La Onda, al que me integré como socio, juntos llegamos a la cúspide porque viajamos por todo el sureste y parte del norte del país.
     Tocábamos todos los tipos jazz, salsa latina, danzones, a voces hacíamos voces y música de  mariachi, hacíamos  shows con una gran variedad de música, afirma.
    Luego de veinticinco años de trabajo conjunto y de éxito, el grupo La Ola se desintegra en 1985, la última presentación fue en el Hotel Marriot de Acapulco, ya desde ahí hacíamos “pininos” de prehispánico.
   Posteriormente unos compañeros me invitan a irme del país, tocando jazz, fue una decisión muy difícil, dije “Dios, ayúdame”, a las dos de la mañana decidí regresar a mi casa, quería estar con mi familia, con mis hijos:
  Me encuentro de con mi tío -“creo que diosito me lo mando de nuevo”, expresa el profesor Hernán- , y me dijo quieres seguir de judío errante o ser maestro, respondí que si me ayudaba, adelante.
    En ese instante me redactó la solicitud, entre los aspirantes a ingresar a la Secretaria de Educación, había muchos maestros que tocaban en la Banda del Estado, hice una prueba, en donde afortunadamente los superé, entonces el jefe del departamento, me designó jefe, incluso de mi tío.
    Repliqué que solo quería ser maestro, enseñar música a los niños, pero me contestaron que no había otra plaza, que me quedará ahí. Cinco años trabajé en oficina, haciendo proyectos, avances programáticos,  pero comencé a tomar cursos de música en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
    Al término de esos cinco años, comencé mi vida diaria educativa con los niños, a lo cual me he entregado con mucho cariño, porque convivo con ellos, son como mis hijos,  a estos los quiero de toda la vida y los seguiré queriendo, pero ya no tengo hijos chicos. El próximo mes de febrero cumpliré  treinta años de servicio.
   Tuve la oportunidad de jubilarme, pero quiero trabajar de maestro uno o dos años más, porque después quiero dedicarme de tiempo completo al proyecto de música prehispánica con la electrónica.
    Pero la carrera artística musical del maestro Hernán no se circunscribe a su trabajo con sus alumnos de primaria, ni a su participación en La Ola, o en Ut´ Zey Cum, menciona que a lo largo de doce años, como músico, trabajo en el Ballet Folklórico de Villahermosa que dirige el profesor Juan Torres y fue fundador del grupo de tamborileros  del mismo nombre que el actual y todavía subsiste.
    En relación al actual Ut´Zey Cum y la música que ejecuta, Avalos Hernández  afirma que  ejecutaba música prehispánica desde hace muchos años, principalmente con el grupo de tamborileros en el que también mi hijo César Augusto participaba –he tenido el privilegio de que me acompañara-  y tocábamos en los parques.
   El profesor Hernán menciona que su hija Cristian Cecilia Avalos, la segunda de sus vástagos, también heredó su gusto por la música,  le decía que tocara el tambor, pero ella se negaba, pero cuando estaba sola lo ejecutaba, también tiene oído musical, pero  ahora quiere aprender a tocar violín porque le regalaron uno.
    Retomando lo que tiene que ver con Ut´Ze Cum, el sexagenario músico, refiere que es un proyecto que nació hace un año, César Augusto siempre  me ha acompañado y visto luchar, a él le comenzó a inquietar la música electrónica y  empezamos a trabajar en este  proyecto  hace un año, para ensamblar música prehispánica con la moderna.
   Le comentamos que  en sus presentaciones llama poderosamente la atención la gran cantidad de silbatos de barro, en forma de animales que ejecuta, uno tras otro de manera magistral  y que emiten sonidos que asemejan el canto de los distintos pájaros que pueblan lo que queda de     bosques tropicales de esta zona, el profesor Hernán afirma que son alrededor de 20 o 25 de esos instrumentos que ejecuta, más otros como los  conchas de tortuga, cascabeles  entre algunos más.
    Ejecutamos algunos de esos silbatos, pero otros se quedan guardados, todos son silbatos de barro  y flautas que hemos estado recopilando y conseguido en distintas partes del país, Puebla, Oaxaca, Yucatán, Tabasco entre otros estados, informa.
     En cuanto a las piezas que ejecutan, afirma que todas son originales y varían, tenemos una base de música electrónica, percusiones,  que aporta mi hijo César Augusto, pero en las presentaciones  incluimos o guardamos ciertos instrumentos.
   Es un trabajo en el que combinamos las ideas de César Augusto con la prehispánica para lograr un efecto de música prehispánica, de antes, las que nos han dejado nuestros ancestros, que era muy hermosa y con la cual tratamos de enlazar nuestras energías con la de la gente que nos escucha.
    La nuestra es una música, incluso para musicoterapia  y activación física, muy relajante, no cansa, sostiene.    
   Fue durante mi estancia en la Secretaria de Educación en donde investigue, me documenté y conocí a través de compañeros maestros y vecino de la calle donde vivo en la colonia Margarita Maza y con los que formamos el grupo de tamborileros que llegamos a hacer presentaciones en el parque La Pólvora  durante el gobierno de Salvador Neme castillo, “nosotros le dábamos vida a ese parque” al que también acudían artesanos.
   -¿En este momento qué representa para usted la música?
   Doy gracias a Dios que me dio sensibilidad para la música, que es un arte que me permite convivir con mi hijo en esta etapa de mi vida, en la que trato de involucrar también a mi hija que es licenciada en idiomas y que está en veremos, respondió. (Continuará)

 

 

Hernán Avalos Hernández y César Augusto Avalos Guitar, padre e hijo se unen para mezclar sonidos y música. 
Hernán Avalos Hernández y César Augusto Avalos Guitar, padre e hijo se unen para mezclar sonidos y música.