El Gregueriano: Desde el vientre, el Frente era ya un nasciturus putrefacto.

    A nivel federal, incitados por el grupúsculo que se apoderó hace 3 décadas del pri, desde el Rancho de La Hormiga y desde la Casona de Bucareli, los miembros de la cúpula de la reacción nacional se dieron a la encomienda de armar un bloque de grupos políticos que pretendía aglutinar a derecha descolorida con supuestos miembros de la izquierda desteñida; de paso, sumaron a su aventura sin destino un grupo de ciudadanos inocuos.
    Tontamente, sumaron que, si la reacción nacional –que tenía para 2012, algo más de 10 millones de votos emitidos a su favor- juntaba esos pretendidos sufragios con los más de 16 millones de votos que se emitieron a favor del prd –con AMLO de candidato-, pues la “aritmética” les sumaba más de 26 millones de votos para el 2018, lo cual significaba ganar la elección a un pri que, aliado con su gamborimbo verde, había sumado sólo 19 millones de votos en 2012 (más 4 millones del partido satélite pvem). Hicieron las cuentas del gran capitán.
Y encarretados –se dieron “carreta” ellos solos luego de que el pri les dio el cran de arranque- pensaron: el candidato a la Presidencia de la argamasa, sería Ricky C Anaya –cuya familia y él, son símbolo de vergüenza y corrupción según el pri mismo-; lucubraron: al desteñido prd, le damos la Ciudad de México con Alejandra Barrales de candidata. A esa mezcolanza de lodo y pantano, le llamaron Frente.
    Gran inspirador de este mamotreto fue nuestro paisano el gobernador Graco Ramírez -casado con Elena Cepeda, quien fuera Secretaria de Cultura del Gobierno del Distrito Federal durante la administración de Marcelo Ebrard-.
    A Graco le ha funcionado y le ha dado grandes dividendos políticos este tipo de acuerdos y frentes: con ese modelito fundó el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en 1978 y el Partido Mexicano Socialista (PMS) en 1987; y convocó a fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1989.
    Pero el mayor éxito de Graco en esto de andar amarrando lodo y pantana, juntando agua y aceite, corrupción e impunidad fue su convocatoria, desde Cuernavaca, al penoso debate nacional «Pensar en el 2000» con la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas, Vicente Fox, Manuel Camacho y Esteban Moctezuma, en donde se planteó la transición política en México y se propuso una candidatura única en la oposición. Sirvió Graco para entregar la Presidencia a la reacción nacional y al Vaquero Loco, Vicente Fox –dedicado hoy a la venta de mariguana legalizada-.
    Se recuerda la tonta idea de “sacar al pri de Los Pinos” y su promoción de “voto útil” a favor de Fox y el pan. De acuerdo estuvimos en sacar al pri de Los Pinos, pero no al costo de meter a los mayores tahúres del pan. Pero, Graco para eso sirvió ayer y para eso se alquila hoy.
    Graco con su Frente, busca, sacar al pri de Los Pinos para que regrese el pan y la reacción nacional a acabar de darle la puntilla al país. Pero…
    Olvidaron que, ya AMLO no estaba en el desteñido prd y que, si le va muy bien a ese partido para 2018 logrará no perder el registro, pero no más de 4 millones de votos; y no tomaron en cuenta que al pri no le interesa volver a darle la Presidencia a los paniaguados como lo hiciera el nefasto de Zerdillo en 1999, y que al interior del pri, los grupos y huestes se matan y mandan a matar con tal de quedarse con el puesto.
    Olvidaron también que ninguno de esos grupos ha conservado sus votos del 2012 y que estos sufragios les han sido negados por la población y les han diezmado en más de 60%.
    El resultado: el multicitado Frente –Chucho graquiano-, es una argamasa amorfa, sin pie ni cabeza, donde se trató de unir lodo y pantano, donde la mezcla no pega: le falta el cemento o el silicón que los adhiera. El pri ganó es argucia: desdibujó a la reacción nacional y la exhibió como lo que es: un grupo de carroña política; al desteñido prd, le melló lo poco independiente y de izquierda que tenía, adueñándose de su dirigencia. Hoy esos grupos políticos son dos zombis que deambulan por los corrillos y pasillos electorales como muertos en vida: hace dos años están muertos, pero no se han dado cuenta.
    Así también de muerto está su Frente: nació muerto, ya estaba muerto desde el vientre; hoy es un nasciturus fétido.