• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 25 de Abril de 2024

Heriberto, el niño más viejo del mundo


Ulises Rodríguez Guzmán


Heriberto acaba de salir del reclusorio. Viste una camisa color rojo con estampados oscuros, un pantalón y zapatos desgastados.     
    Dice estar sofocado por el bochornoso clima de las cuatro de la tarde, y recuerda que es la hora en que retornan los presos a sus celdas y se despiden de sus familiares después de la visita de los sábados. Heriberto cuenta con apenas diez años de edad.
    Mientras platica, lucha con los botones de sus mangas pues aún no sabe desabrochárselos.         Agitado, cuenta que visitan a su padre cada que pueden porque la situación familiar es muy difícil. Vive en una pequeña comunidad del municipio de la heroica Cárdenas y ahí cursa el segundo año de la educación primaria.
    -Mi mamá dice que voy a salir grandecito de la escuela porque no soy bueno pa´ estudiar.
    Apenas estoy aprendiendo a leer y escribir- dice con la expresión seria de un viejo conversador.
    –Una vez mi maestro me desangró la oreja con las uñas y tuve que enterrarle un tantito la punta del lápiz en la pierna pa´ que me la soltara. Pero ahora él también está en la cárcel. Vi que salió en la tele cuando lo agarraron en compañía de  otros. La gente dice que se metió en una de esas bandas de delincuentes que dominan la Chontalpa porque su salario no le alcanzaba–.
    Recuerda también que ese mismo profesor lastimó en una ocasión a una de sus primas, pero no supo cuáles fueron los motivos. –Era malo porque le pegaba a todos–, asegura.
    –Mi papá me dijo que me porte bien, que haga caso a mi mamá. Yo le conté que anoche le gané doscientos pesos a mi tía jugando la “tapita”. A ver si otra vez se me deja–.
    No hay en su rostro una expresión más que de cansancio mientras curiosea por la ventanilla del autobús que se aleja y que lo llevará junto a su madre a la central camionera de Comalcalco para transbordar rumbo a su casa.
    Su padre se fue huyendo desde hace seis años, tiempo que lleva recluido en la cárcel por haberse juntado con una banda, la misma con la que agarraron al profesor que lo castigaba en la escuela.