• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 25 de Abril de 2024

LA INSEGURIDAD EN MÉXICO


Alejandro Hernández


De acuerdo a organismos e institutos públicos y privados que se encargan de analizar las cifras de inseguridad por las que atraviesa todo nuestro país, el problema se debe a distintas causas sociales y económicas que han permitido que los índices en los delitos de alto impacto se hayan incrementado en los últimos años.
    Sería un error ocultar que en Tabasco no hay problemas de inseguridad, pero también es injusto decir que aquí nos está pasando lo que sucede en otras entidades federativas, en las que bandas organizadas de la delincuencia o cárteles del narcotráfico se disputan las principales plazas del país.
    Las autoridades estatales han reconocido que se han incrementado delitos como el de robo de vehículos o a casas-habitación, pero también se han controlado otros como el secuestro o el abigeato, que en años pasados colocaban a Tabasco en los primeros lugares a nivel nacional. Se han hechos esfuerzos por mantener a la baja las estadísticas de esos y otros delitos.
    Recientemente, organismos como Semáforo Delictivo o el Instituto para la Economía y la Paz han señalado que entidades como Sinaloa, Guerrero, Veracruz, Baja California Sur, Tamaulipas y Colima se ubican entre las más violentas de nuestro país, y Tabasco no aparece en los primeros lugares de sus estadísticas.
    En el particular caso de Tabasco sucede un fenómeno que ha tenido una importante influencia para que hayan aumentado los delitos, el conocido “efecto cucaracha”, que provoca que delincuentes de entidades vecinas al estado se sientan perseguidos por las autoridades y brincan a nuestro territorio a realizar todo tipo de delitos.
    Pero, insistimos, las bases de datos del gobierno federal señalan que las altas tasas de homicidios, delitos con violencia, delincuencia organizada y el descubrimiento de fosas clandestinas se presentan en mayor medida en los estados arriba mencionados, mientras que en Tabasco no se presentan en gran escala.
    Se ha convertido en un asunto cotidiano enterarnos de que en Sinaloa, Guerrero o Tamaulipas se enfrentan a balazos bandas organizadas de delincuentes o cárteles de la droga, en los que mueren muchos de sus integrantes. También es común ver, escuchar o leer que soldados del Ejército Mexicano se enfrentan a los gatilleros.
    Además, la captura que han logrado elementos de las fuerzas armadas de México de importantes líderes de cárteles de la droga, ha provocado que muchas de esas organizaciones reacomoden a sus piezas y se presenten sangrientos enfrentamientos por ganar una plaza, como se dice en el argot policiaco.
    Es clara la aparición cada vez más fuerte de la figura del narco estado y la delincuencia de alto impacto, pero es menester aclarar que, por fortuna, Tabasco no ha ingresado a las entidades del país donde es más grave el problema. Aquí se ha insistido en que varias de las bandas que operan en el estado son locales, aunque por desgracia muchos de sus integrantes son jóvenes, algunos menores de edad.
    No podemos rechazar también que Tabasco ocupa los primeros lugares nacionales en percepción de inseguridad, estadística que las autoridades estatales buscan contrarrestar con diferentes estrategias para hacer frente a la delincuencia y que han permitido disminuir índices de algunos delitos.
    No obstante todo lo anterior, falta mucho por hacer para que los tabasqueños gocen de tranquilidad y seguridad en sus personas y pertenencias. Y en esta tarea, todos debemos participar, sin importar colores partidistas, clases sociales o intereses particulares, ya que el bien es para todos y, principalmente, para nuestros hijos y las nuevas generaciones.