Nuevo etiquetado en alimentos y bebidas

México, DF. La Secretaría de Salud (Ssa), a través de la Subsecretaría de Promoción y Prevención de la Salud, y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) así como el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMN) anunciaron la entrada en vigor a partir de hoy del nuevo etiquetado -frontal y obligatorio- para alimentos y bebidas no alcohólicas, el cual
    En conferencia de prensa, el subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Pablo Kuri Morales; el titular de la Cofepris, Mikel Arriola, y David Kershenobich Stalnikowitz, director del INCMN, aseguraron que el nuevo etiquetado es “claro” y transparenta el contenido de las porciones con la aportación calórica.
    Los funcionarios destacaron que el nuevo etiquetado diseñado con base en estudios científicos y cumple con las mejores prácticas internacionales en el ramo.
    Subrayaron que esta nueva forma de expresar el contenido calórico, de sodio y grasas de diversos productos supera ampliamente al etiquetado voluntario que desde hace algunos años estableció la industria alimenticia, el cual, de acuerdo a datos de la Ssa, sólo era entendible para el 0,0106 por ciento de los mexicanos.
    Debido a la complejidad de las operaciones matemáticas que debían realizarse para identificar el aporte en calorías de un producto.
    Arriola aseguró que en este nuevo etiquetado que rige a partir de hoy no hubo injerencia de la industria alimenticia y resaltó que las instancias gubernamentales de salud han estado y estarán abiertas a las críticas para, de ser el caso, ir mejorando dicho etiquetado frontal, el cual duplica en tamaño al anterior.
    Indicaron que las empresas tienen como plazo hasta el 1 de julio de 2016 para que todos los productos que deben portar este etiquetado contengan los datos que establece la Norma Oficial Mexicana 051, a partir de esa fecha si hubiera en los anaqueles productos con el anterior etiquetado se aplicarán multas que oscilan entre los 400 mil y un millón de pesos por caso. Esto s ignifica que antes de esa fecha tendrán que haber acabado las mercancías en existencia con el etiquetado voluntario.
    Tanto Kuri como Arriola y Kershenobich aseveraron que este etiquetado también es comprensible para los niños, pero reconocieron que este eje de la Estrategia Nacional para la Prevención y control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes debe ir acompañada de educación y capacitación para que los consumidores de todas las edades tomen en cuenta el etiquetado antes de tomar la decisión de consumir un determinado producto.
    Dijeron que las nuevas etiquetas aplican para refrescos, botanas, dulces, chocolates, entre otros productos e insistieron en que las nuevas etiquetas además de ser obligatorias y frontales, son “claras y fáciles de entender” además de que “informan a los consumidores sobre la cantidad de azúcar, grasa y sodio que contiene cada alimento procesado y el porcentaje de calorías que representan éstas de su dieta diaria a fin de tomar las mejores decisiones”.
    Comentaron que de acuerdo a la última información disponible de la OCDE, México ocupa el segundo sitio a nivel mundial en el porcentaje de obesidad y sobrepeso, ubicándose después de Estados Unidos.
    Esa medición de 2012 refiere que en México 32.4 por ciento de la población tiene sobrepeso y obesidad, mientras que en Estados Unidos el porcentaje es de 35.3.
     hincapié en que el etiquetado es sólo un eje más de la estrategia en contra del sobre peso y la obesidad y expusieron que se hará una encuesta de medio camino para medir el impacto de esta medida.
    En mujeres adultas la prevalencia, el sobrepeso y obesidad en 2006 era de 71.9 por ciento y en 2012 subió a 73 por ciento; en hombres adultos a mediados de la década pasada era de 66.7 por ciento y hace tres años se elevó a 69.4 por ciento; en escolares de 5 a 11 años en 2006, era de 34.8 y en 2012 se ubicó 34.4 por ciento; en adolescentes de 12 a 19 años pasó de 33.2 por ciento a 34.9 y el porcentaje de diabetes se elevó en esos seis años de 7 a 9.2 por ciento.