Oaxaca de provinciana a “Muñeca Fea”|RUBÉN MÚJICA VÉLEZ

Lewis Carrol en su inigualable obra, heredó al mundo el caso de una jovencita, Alicia, que súbitamente percibió que había crecido; el vestido le quedaba corto. Era un crecimiento natural. Evolutivo. Esto me lleva a una comparación con esta mi ciudad de adopción; Oaxaca. La conocí como jovencita provinciana, con “tlacollal”, rebozo de bolita y huaraches de correas aromosas. Provinciana y diría el poeta, virginal. Pero la estulticia y corrupción de autoridades atrabiliarias la han forzado a cambiar su fisonomía. En la “furia modernizadora” explicable sólo por el contratismo rentable, obligan a la antes risueña ciudad, envidiada entonces por muchos, a crecer. Como si a Alicia le pusieran “fertilizante” urbano. Pero Oaxaca ha derivado en una doncella con botox, bulímica y anoréxica. Desfigurada rápidamente, Oaxaca pierde su encanto provinciano y ¡de ninguna manera!, deviene “metrópoli” Es un bodrio citadino. Dígalo si no, la construcción de las “vueltas inglesas” que mis hijos que residen en Europa desde hace 15 años, se sorprendieron al conocer esos “quesillos viales”.

 Estimulan el uso del transporte individual mientras el “pulpo camionero” intocado por “autoridades” que para llegar a esos puestos de “elección popular” requirieron del apoyo del oligopolio medieval del transporte local, permiten su “servicio” con auténticos ataúdes rodantes. Por cierto, el pésimo servicio a los ciudadanos, es paralelo a la explotación brutal de los choferes que pagan con su hambre las utilidades del “cefalópodo”.

Así, existe un rezago espantoso en materia de transporte y una explotación infame de los choferes. Esta crisis creada ha impulsado el transporte individual. Por cierto cuajado de coches y camionetas de lujo que no son conciliables con una entidad que destaca entre las más pobres del país, descalificando las repetidas versiones oficiales del “desarrollo” oaxaqueño. La ciudadanía es forzada a deducir que esas manifestaciones de riqueza inexplicable, corresponden puntualmente al imparable saqueo de las arcas públicas…desde hace muchos sexenios.

Esto explica la rabia ciudadana contra las “comaladas” de nuevos ricos-en el siglo XIX llamados “rastacueros”. Ahora, sin decir “agua va”, se inicia frenéticamente la construcción de una obra citadina que el maestro Toledo y Nazario García han repudiado, con la aprobación de muchos ciudadanos. ¿Se incluyó esa obra “metropolitana” en el famoso pero ignoto Plan de Desarrollo de este sexenio? ¿Se consultó a la ciudadanía o como dijo cándidamente el Secretario de Infraestructura solo a los “vecinos”, como si la obra beneficiara o perjudicara sólo a los inmediatos. Obra que por cierto extrañamente no provocó el entusiasmo del Presidente Municipal.

 La impresión es que estamos nuevamente en un sexenio en que, como el ulisista, el gobernador quiere ser también Presidente Municipal de la capital. Por otro lado, en los ciudadanos impera una duda. ¿Esa obra “magna” es una de las “prioridades” estatales? Aberración al canto: ¡prioridad solo puede haber una, no varias! Por que si se consulta al pueblo sobre su prioridad la respuesta inmediata sería: AGUA POTABLE. Potable, no entubada. Agua que en muchas colonias céntricas llega casi como el recibo de pago: cada dos meses. !Imagínese las colonias “proles”! Si se acude a la burocracia de ADOSA-OPACO la respuesta es: ¡no hay agua! Entonces el ciudadano debe pagar “pipas” con líquido de dudosa calidad que, según versiones, es un excelente negocio de un “destacado” político priísta. Obvio de los que prometen un PRI que en 2012 nos llevará con “Des- Peña” Nieto a la felicidad. En tanto se repite el mensaje: Oaxaca ya no padecerá sed por que con la “magna” ¡otra magna!, obra de Paso Ancho, se resolverá el abastecimiento de agua.

Pero, pero, pero, existe otra sombra en el futuro: ¿Paso Ancho solamente regresa las aguas negras de la capital? Por que en los Valles Centrales con casi veinte “plantas de tratamiento” de agua, ¡ninguna opera! Las aguas negras descargan en los cauces, tributan sus porquerías a los ríos Salado y Atoyac y corren hasta la que se proyecta como presa para reconducir esas aguas negras a Oaxaca. En pocas palabras el “ciclo mortal de las aguas negras” Así vemos que la “Alicia” oaxaqueña que evocamos al principio es una espantosa realidad: la “Muñeca Fea” que devendrá cada vez más contaminada; vial y ambientalmente. Repleta de “ataúdes rodantes” De ribete sin un “Cronista de la Ciudad” que cumpla su papel antes que le otorguen la distinción de “EXPatrimonio de la Humanidad” El Cronista debe pulsar las palpitaciones y defender a una ciudad antes alegre, provinciana, con huaraches de correas aromosas. ¿Si no es