Rodríguez Prats, el neomadracismo de la amargura

Juan José Rodríguez Prats, el panista y ex priista conocido como El Chichonal es un hombre afectado de los sentidos, como el mismo lo reconoció en una conversación con Hugo Triano de Noticias en Flash. Decía Rodríguez Prats, benévolo en él mismo como venenoso es con los otros, que “los años me han atrofiado varios sentidos y uno de ellos es el oído y a veces tengo dificultad si estoy aquí cerca, porque no voy y lo hago de forma directa”. Se refería a sus comentarios radiofónicos, pero podemos dejar constancia de que el chiapaneco y patiño del payaso Brozo tiene afectados muchos más sentidos de los que admite. Uno de ellos es el sentido del ridículo.

    Resulta que el panegirista de los fundadores del PAN, como antes lo fue de los fundadores del PRI –la nómina manda-, es un enemigo declarado de Andrés Manuel López Obrador y de Arturo Núñez. Es un personaje obsesionado por sus amarguras y derrotas. Aunque la política ha sido benévola con él pues ha cobrado como diputado del PRI y del PAN, Senador de la República, secretario de Gobierno en Tabasco, subsecretario de Finanzas y Jefe Delegacional del Distrito Federal, hay algo en su persona que no lo deja en paz: considera que se merece mucho más.
Ah, ¿pero por qué le dicen El Chichonal? Porque nació en Pichucalco, Chiapas, pero hizo daño en Tabasco. Es una manera de compararlo con aquel volcán que cubrió de cenizas al territorio tabasqueño, azolvó los ríos y oscureció los días. Es un excelente orador, como ciertas especies: vive de la lengua.
    En una reciente participación en la radio local, dijo “Juanito” -como lo llaman sus conocidos-, que anduvo en giras por Tabasco –será sólo en los restaurantes, porque es alérgico a la gente tabasqueña- y notó dice “un gran encono entre dos grupos de partidos, que yo creo que van a contaminar mucho lo que viene en Tabasco, MORENA y PRD, son los mismos. Para mí no los distingo y dado que eran partidarios, ahora se están agarrando lo que amenaza con un proceso que vaya a resultar en violencia y en enfrentamiento”.
    Y soltó su veneno: “¿por qué Andrés Manuel López Obrador ha abandonado MORENA en Tabasco? No lo veo aquí, yo veo que MORENA no repunta y a mí me inquieta”.
    Pero a “Juanito” le está fallando no sólo el oído sino la vista. Dice no ver a Morena pero nada dice de su partido actual, Acción Nacional, que anda de la manita sudada en Tabasco junto a Roberto Madrazo que regentea al Partido Verde. ¿Sabe amable lector que en el fondo y en la superficie este “Juanito” de la política es un avergonzado robertista? Forma parte de la cuadrilla de Roberto Madrazo como herencia del famoso Tío Nelo (Manuel Gurría) y de Carlos Hank González, el verdadero patriarca que fue de una camada de políticos corruptos.
    Pero hay muchas cosas que no ve este Juanito. Por ejemplo “no ve mal” que Manuel Andrade esté en la lista de candidatos del PRI a diputados plurinominales. Dijo que le parece bien que “un ex gobernador regrese al congreso local con  la experiencia que tiene”. Si a esas vamos, también habrá que pedir que regresen Andrés Granier y Roberto Madrazo, pero que regresen lo que se robaron.
    Juan José, El Chichonal, se frota las manos. Está seguro que Andrade con su lengua de mentiras (es campeón de oratoria, igual que el chiapaneco) será un permanente criticón de Arturo Núñez, al que traicionó en el 2000. Es una lástima que a cierta edad quienes se dicen políticos se dediquen a escupir hacia arriba. Juanito está en un momento en que debe cuidar cómo quiere ser recordado. Los rencores y las amarguras son una loza muy grande.
    Pero a Juanito no le importa Tabasco, tampoco su estado natal Chiapas. Le duele que López Obrador haya llegado a ser un político de talla nacional y que Núñez haya llegado a ser gobernador, mientras que el orador y recopilador de frases célebres se haya tenido que quedar en panegirista de la derecha.