• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 19 de Abril de 2024

SEMBLANZA NACIONAL


EMMANUEL RUIZ SUBIAUR


Desde muchos ángulos México resulta misterioso, impenetrable, desconocido tanto para su gente como para los observadores y analistas. Los mexicanos nos desenvolvemos, discurrimos o nos manejamos en contradicciones y dualidades de pensamiento.

Es muy fácil probar que México es ahora potencialmente más inestable que en el pasado. La parte difícil es la de contemplar los prospectos sobre estabilidad e inestabilidad. Nunca antes se dio tanto cuestionamiento sobre el sistema político de México y nunca antes el pueblo ha esperado ver cambios radicales.
    Con estas características, se puede pensar en México y medirlo sólo por sus apariencias que se tasan bajo el siguiente termómetro: Si las cosas andan bien, todo “aparentemente”, despierta optimismo sobre el futuro y todos destapan esporádicas etapas de optimismo y entusiasmo. Pero apenas se salen de control y se descubren disturbios y problemas, aparece un repentino pesimismo o una actitud que nos lleva a concluir que se vive en una atmósfera engañosa; por eso es tan grande la incertidumbre y tan potente la controversia en relación a los cuestionamientos siguientes:
     1) ¿Es necesario considerar a México como la cabeza de un serio problema de inestabilidad?
    2) ¿El sistema político de México sigue sirviendo, es útil, contemporáneo y funcional?
    3) ¿El sistema o corporativo militar mexicano está ganando fuerza e influencia?
    4) ¿Hasta dónde ha penetrado la delincuencia organizada al sistema político y económico nacional?
    5) ¿Hasta dónde es dependiente la cúpula de gobierno del país de los magnates y financistas de Estados Unidos?
    6) ¿Es muy posible o solo posible que un gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador resuelva los más ingentes y urgentes problemas nacionales?
    7) ¿El impuso que le pudiese dar al país y sus actividades un grupo abultado de mexicanos, logrará terminar arrastrando a un fuerte movimiento de la mayoría de la población por salir del marasmo?
    Más que compartir el pesimismo, se ha de dirigir cada una de estas dudas en un deliberado,  -aunque riesgoso- esfuerzo para lograr identificar algunas posibilidades optimistas, que pudieran llevar a resultados positivos; que pudieran esclarecer entre derrota y desarrollo.
    Más allá de Peña Neto y sus garrafales yerros, más allá de sus Casas Blancas o palacetes en Miami o Malinalco, más allá de sus órdenes de asesinar a campesinos e inocentes en Atenco o Tlatlaya o Tlahuato, más allá de su plagio contendido en su tesis –mientras no se sepa a quién se la plagio Krauze-.
    Más allá de todo eso, la parte difícil es la de contemplar los prospectos sobre estabilidad e inestabilidad. 
    Existen dos grupos muy marcados sobre la sabiduría del sistema político mexicano y sus capacidades para controlar y cooperar con resolver los problemas que aquejan al país. De ahí que exista mucha despolitización entre las gentes que continúan adheridos a su analítica fe en la estabilidad mexicana, despreciando e ignorando sus verdaderas contradicciones y verdades conflictivas y, por otra parte, existen los que ya estudian movimientos de cambio. ¿Quiénes están en lo correcto? ¿Qué es lo que realmente sucede?
    Se piensa que todo esto bulle dentro de un turbio diálogo entre dos diferentes clases de sabiduría convencional. por un lado, algunos mexicanos están atenidos y detenidos en base a su experiencia con la psiquis de la “resistencia silenciosa”; por otra parte, nacen, surgen analistas que dudan en apoyarse en lo convencional, en metodología anticuada; más, por esto, se asume  que, habiendo tanta contradicción, es obvio que algo anda bastante mal y terminará por derrumbarse, primeramente quebrarse.
    Como sea, la rigidez y debilidad, es decir la dualidad que imponen estos dos análisis, no nos permite un análisis objetivo, de acercamiento veras a México, ya que por la confusión, no nos conduce a encontrar una fuente de información verídica y confiable para acercarse a los verdaderos prospectos de estabilidad-inestabilidad y sobre lo mismo existen cuatro puntos de meditación que merecen mucha atención.
    Hoy sólo de paso, abordaré el primero: lo primero de lo que se debe tener conciencia es en lo que concierne a la naturaleza de las contradicciones. Siempre ha sido así y por lo visto así será siempre. Los mexicanos nos manejamos en contradicciones y dualidades de pensamiento. De tal manera que, con plena conciencia, hacemos las dos cosas al mismo tiempo: cooperamos y obstaculizamos.
    Una forma más fácil de explicarlo es con este ejemplo. Mientras México espera dar un paso adelante depositando su confianza en un proyecto a largo plazo, algo impredecible siempre sucede, y detiene o aletarga ese proceso: los líderes mexicanos son especialistas en hacer tiempo para crear dificultades (ellos tienen un arraigado concepto que se puede traducir como “Dejemos todo para mañana, para que el que viene lo resuelva o se preocupe” y por supuesto esto no se puede tomar en cuenta como algo de fiar o de seriedad en un desarrollo estable. Peña ya se va y ha dejado apara el que viene, lista la cama –que más parece trampa-.
    Si algo crea incertidumbre, inestabilidad y obstáculos, es eso.