• La Verdad del Sureste |
  • Martes 23 de Abril de 2024

¡Viva Mecsicou!


Por Uriel Tufiño


@UTufigno

Hubo una vez en la que las noches del 15 de septiembre eran una verdadera fiesta nacional y, al igual que ocurre en la época decembrina, por un momento nos olvidábamos de las tensiones mutuas y dábamos rienda suelta a los sentimientos nacionalistas. Entonces sí, nos alegrábamos con la música del mariachi y el tequila era una especie de alivio para las gargantas gritonas. Y claro, los antojitos mexicanos satisfacían los gustos más demandantes: los tradicionales chiles en nogada, los pambazos, las quesadillas, las gorditas y el pozole en todas sus variedades demostraban que somos tan mexicanos que hasta el colesterol nos tiene sin cuidado.
    Por supuesto, en la agenda de dichas celebraciones no podía faltar –a la primera oportunidad- una visita al Zócalo de la Ciudad de México o a alguna de las muchas bellas capitales de nuestro país. En esos espacios públicos la verbena se celebraba a lo grande y se prolongaba por varias horas, siempre con el orgullo por delante de ser mexicanos. El Himno Nacional se entonaba como una declaración de amor para dejar en claro que el sentimiento era auténtico; lo mismo ocurría con el saludo a la Bandera Nacional: en perfecta posición de firmes con la mano extendida sobre el pecho y a la altura del corazón. Pero los tiempos cambian.
    Hoy en día, el 15 de septiembre se ha convertido en un pretexto ideal para disfrazar una celebración nacional en una fiesta programada o para tomar un día de descanso de más, porque es sabido que no a todos les cae en gracia trabajar el 15 de septiembre, como a la Consejera del Instituto Electoral del Distrito Federal, Noemí Luján, quien mandó por más tostadas de chicharrón al Secretario Administrativo de dicho organismo cuando le dijo que era día hábil. Tal vez la Consejera sólo ensayaba una interpretación libre del clásico ‘Viva Villa, jijos de su pelona’.      
Sin embargo, lo que no fue un ensayo fue la revisión que elementos de la Policía Federal hicieron a todas las personas que ingresaron al remodelado estacionamiento del Zócalo. Bueno, a decir verdad no fueron revisadas todas las personas, sino nada más las que no formaron parte del elenco que acompañó a Peña Nieto y compañía en Palacio Nacional. De las películas hemos aprendido que ‘niños y mujeres primero’, y bien que lo aprendieron los gendarmes que custodiaban las entradas al Centro Histórico de la Ciudad de México, nada más que no les explicaron que eso aplica en caso de salvamentos.
    ¿Quién fue el mando que dio la orden de revisar los cuerpos de los menores? ¿Acaso no hemos procurado enseñarles que nadie tiene el derecho de tocar su cuerpo?, ¿y entonces donde está nuestra congruencia entre lo que se les dice y lo que permitimos que se haga en ellos? Porque la culpa no sólo es del mando policíaco que dio la orden, sino también del adulto acompañante que permitió tan flagrante violación a los derechos humanos de los menores. Podrán decir que se hizo ‘por seguridad’ (¿la seguridad de quién?, pregunto), pero entonces yo les contesto que el párrafo tercero del artículo primero de nuestra Constitución dispone que ‘Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover y garantizar los derechos humanos’. ¿O no está claro qué ‘todas’ significa ‘todas’? Sí, ya sé que su lealtad no está con la Constitución ni mucho menos con los derechos humanos, pero qué poca manera.
    Eso sí, el grupúsculo que dice gobernar ‘por mandato de los mexicanos’ tuvo una reacción distinta cuando la cantante Miley Cyrus hizo un uso que se considera ofensivo de la Bandera Nacional en la primera de sus presentaciones en nuestro territorio. Por tal hecho, el Congreso de Nuevo León pidió al Secretario de Gobernación que sancione a la artista norteamericana.
    Como ninguna justicia le es ajena a la burocracia, parece que en Gobernación ya se inició un procedimiento administrativo para sancionar a la cantante, pero para cuando esté determinada la gravedad de la infracción quizá Miley Cyrus esté en México nuevamente pero en su gira de despedida. ¿Y quién y cuándo va a pedir que se sancione a los responsables de haber violado los derechos de los menores?