• La Verdad del Sureste |
  • Sábado 20 de Septiembre de 2025

Los de abajo

Se madrugaron a Hernán Bermúdez; buena jugada legal
 

Pretendía alargar el proceso de extradición, pero lo deportan de Paraguay

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A Hernán Bermúdez Requena lo agarraron como al Tigre de Santa Julia: ni tiempo le dieron de reaccionar a la maniobra legal emprendida por los gobiernos de México y de Paraguay para acelerar su traída al país.
 

Hallaron el resquicio legal. El gobierno mexicano se desistió de la solicitud de extradición por los canales diplomáticos y al no haber ese pedido, las autoridades paraguayas lo deportaron de inmediato a México por haber ingresado de manera ilegal a ese país sudamericano. Fin de la historia.
 

A eso se refirió la presidenta Claudia Sheinbaum en la conferencia matutina de este miércoles, al informar de la instrucción que le dio al secretario de Relaciones Exteriores, Ramón de la Fuente, de que acelerará su retorno a México.
 

Todo se hizo en el marco de la Ley de Migraciones de Paraguay para que no pueda ser combatida jurídicamente esta medida. Bermúdez Requena fue deportado a las cinco de la tarde, tiempo de ese país sudamericano, dos de la tarde, tiempo de México.
 

Tan pronto pise suelo mexicano, Bermúdez Requena será trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano, antes conocido como Almoloya.
 

El gobierno mexicano actuó rápido para impedir las maniobras legaloides de las que iba a echar mano seguramente su defensa para demorar su extradición a México, así como los “resortes jurídicos” que le permitía la legislación de Paraguay con ese mismo propósito.
 

Quieren aquí lo más pronto posible al llamado “Comandante H” o “El Abuelo”, porque tiene mucho qué explicar de sus andanzas criminales y, sobre todo, quiénes eran sus cómplices y socios en negocios derivados de sus actividades delictivas, como el huachicol, la extorsión, el tráfico de drogas y de migrantes y secuestro.
 

Una buena parte de la clase política local se contaminó de estas malas prácticas, le ganó la ambición, el dinero fácil. Denigraron la política al rozarse con criminales. Eso es lo que quiere saber la mandataria, cómo fue que Bermúdez Requena y compañía se echaron a perder de esa manera.
 

Así lo dijo este miércoles en Palacio Nacional: “Que se esclarezca todo y se aclare cómo esta persona (Bermúdez Requena) se fue descomponiendo y cuándo fue que se le retira de ser secretario de Seguridad en Tabasco y como él a partir de ahí, huye”.
 

¿Cómo se fue descomponiendo?
 

No es difícil averiguarlo. Desde que Jaime Lastra lo designó en 2019 director de la Policía de Investigación de la Fiscalía General del Estado, con la anuencia del entonces gobernador Adán Augusto López Hernández, aprovechó el cargo para aliarse con el crimen organizado. Eso lo reportaron los informes de inteligencia militar que le dieron seguimiento a sus activades por tenerlo catalogado como “persona de interés”.
 

Se le permitió que nombrara su segundo de abordo en ese cargo a Ulises Pinto a pesar de los antecedentes criminales que tenía el apodado “El Mamado”. Le peor vino después, cuando López Hernández lo nombra secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
 

Desde esa posición se dedicó, según las autoridades federales, al huachicol, a la extorsión, el tráfico de drogas y migrantes, trata de personas, secuestro y otros delitos, como el robo de autos. Ellos controlaban el crimen organizado y combatían a las bandas rivales.
 

Todo eso se sabe por los informes de inteligencia militar. Hay suficiente evidencia que lo incrimina en esas actividades ilícitas. Los miembros de su organización criminal que han sido detenidos, como alias “Tomasín” y Ulises Pinto, han aportado información suficiente a la Fiscalía General de la República.
 

Por eso resulta de lo más cínico que se haya declarado, en el amparo que solicitó a un juez federales para que le liberen su residencia del Club Campestre, un perseguido político y que la acusación que pase sobre él, de ser el líder de “La Barredora” y estar asociado al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) “es injusta”, según publicó la revista Proceso en su portal digital.
 

“Actualmente he sido injustamente relacionado con un grupo criminal denominado ‘La Barredora’, al grado que se me ha librado una orden de aprehensión por mi presunta participación en la comisión de los hechos que la ley señala como los delitos de asociación delictuosa, extorsión y secuestro por las autoridades judiciales de administración de justicia en el estado de Tabasco”, justificó el abogado que tramitó el amparo.
 

Como dijera un colega: una cosa es ser un político perseguido, como lo es Bermúdez Requena, que un perseguido político. A él no se le persigue por sus ideas o por su trabajo en pro de la seguridad de los tabasqueños. Para las autoridades federales y del estado es un presunto delincuente y se cuenta con suficiente evidencia probatoria para acreditarle esa condición.
 

TIENE QUE CANTAR
 

La presidenta lo quiere en México también para que se sepa cómo fue que huyó. Aquí se sabe que desde la fiscalía se le dio el pitazo de que lo estaban investigando y que se iba a girar una orden de aprehensión en su contra.
 

Quizá pensó que por seguir Morena gobernando México y Tabasco iba a quedar impune. Pues ya se vio que no, que así del partido gobernante no habrá impunidad ni protección para nadie. Lo ha dicho y ratificado la presidenta.
 

¿Cuándo dejó ser titular de la SSPC?
 

Cuando ya era insostenible tenerlo en el cargo. Lo sabían Adán Augusto y Carlos Manuel Merino Campos, este como gobernador interino, en enero de 2024. El estado se les había salido de las manos y lo sumieron en la violencia incontenible. Causaron mucho daño a Tabasco, pusieron en riesgo la vida de los tabasqueños, de alguna manera son responsables de lo que pasó aquí. Política y moralmente lo son. Falta saber si legalmente también lo son.
 

A Bermúdez Requena no se le investiga a partir de que llegaron a la presidencia y la gubernatura, Claudia Sheinbaum y Javier May, respectivamente, sino estas pesquisas venían de tiempo atrás. En 2022, el presidente López Obrador ordenó investigar a Hernán Bermúdez.
 

La presidenta quiere que “se esclarezca todo” y que se haga pública toda la información que se recopile del “Comandanta H” o “El Abuelo” y sus nexos criminales. Nada de persecución política; la justicia mexicana lo requiere porque simple y sencillamente lo considera un presunto delincuente, líder de una organización criminal y por eso tiene que responder por todo el mal que le hizo al estado.