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  • Martes 05 de Agosto de 2025

MEMORIA TABASQUEÑA

GREGORIO MÉNDEZ MAGAÑA: UN HÉROE OLVIDADO POR LOS TABASQUEÑOS

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El 27 de marzo de 1836 nació Gregorio Méndez Magaña, en la hoy Jalpa de Méndez; y murió el 28 de marzo de 1887 en la ciudad de México. Esas dos fechas deberían usarse para recordar a uno de los más populares héroes de Tabasco; para reivindicar su historia, como parte de una generación y en el contexto de los hechos y procesos históricos que le tocó vivir.
Pero, tradicionalmente esas fechas son olvidadas y a Gregorio Méndez solo se recuerda brevemente en noviembre, por la batalla del Jahuactal y, el 27 de febrero, por la expulsión de los intervencionistas franceses de San Juan Bautista. El resto del año, al igual que otros protagonistas históricos de la vida social, política y cultural de Tabasco, Méndez es ignorado. Aunque cabe señalar, el que oficialmente no se le recuerde como merece, junto con otros tabasqueños, más bien parece un asunto, claramente intencionado.
Y eso se da, porque Gregorio Méndez representa a los jóvenes en el poder, ya que tenía solo 27 años cuando derrotó a los franco imperialistas en el Jahuactal en 1863, la misma edad, cuando los expulsó de la capital de Tabasco en 1864. Tenía 28 años cuando fue designado Gobernador y Comandante General de Tabasco el 4 de octubre de 1864.
Méndez también es olvidado, junto a Merino, Serra, Castillo, etc., porque representa a toda una generación que luchó contra el imperialismo y contra los conservadores; a tabasqueños que asumieron el proyecto social de la generación de la Reforma, que lucharon con la ley y las armas, para construir un país laico y con efectivo Estado de Derecho. Méndez nos recuerda a una generación que se opuso al poder que ejercían las oligarquías tradicionales, que administraban la sociedad con corrupción, autoritarismo e impunidad, con injusticia, pobreza y desigualdad.
Representa a los protestantes en el poder, a los tabasqueños liberales que decidieron cambiar su cosmovisión del mundo y asumieron una perspectiva religiosa diferente al catolicismo. Él fue parte de los ciudadanos que, sin tener una obligación militar, decidieron tomar las armar y luchar contra un poder que invadió México, que representaba los intereses de los conservadores y de una potencia extranjera y, que se impuso autoritariamente a través de la violencia.
Además, recordar a Gregorio Méndez Magaña, implica hablar de un gobierno que supo defender la soberanía nacional de manera exitosa, que derrotó e hizo huir a los invasores de Tabasco; que logró constituirse como gobierno autónomo durante la intervención francesa y el imperio de Maximiliano. Un gobierno que defendió la autonomía y el carácter republicano de Tabasco, que fue capaz de auxiliar a otros estados de la república en su lucha contra los franceses.
Por ello, debemos reivindicar a Gregorio Méndez y a su generación cada 27 y 28 de marzo, con un programa cultural e histórico que valga la pena; que rescate, explique y haga comprender su quehacer social, familiar y político, para que las nuevas generaciones lo conozcan y se apropien de él, de una manera crítica, en la formación de su conciencia histórica.
Así, debemos recordarles a las nuevas generaciones, que Méndez quedó huérfano a los 16 años, que creció bajo la tutela de su hermano mayor en Comalcalco; ahí se dedicó al comercio, se hizo de reconocimiento social y fortuna. Entre 1859 y 1960, cuando tenía 23 años abrió una escuela nocturna y, a los 24 años una escuela de música; todo, con sus propios recursos.
En 1861 formó una compañía de ciudadanos voluntarios para defender la posible invasión de México. En 1863, ante la ocupación de Tabasco por parte de Arévalo, se levantó en armas, organizó la resistencia contra el imperio franceses y, junto con otros tabasqueños, lucharon contra la intervención hasta lograr expulsarlos de la capital del Estado, el 27 de febrero de 1864.
Fue el encargado de encabezar la defensa de Tabasco y, de apoyar a otros estados en la resistencia y lucha contra la intervención francesa, hasta que nuevamente los liberales derrotaron a Maximiliano y restablecieron la república en 1867. Por ello, toda esa experiencia y su significado histórico, deberían ser suficientes para no olvidar a Gregorio Méndez y su generación.