La Iglesia católica en México hizo un llamado a transformar la visión del sistema penitenciario, señalando que las cárceles no deben ser depósitos de personas marginadas, sino puentes hacia la reintegración social.
En su editorial dominical, retomó el mensaje del Papa Francisco, quien subrayó que la misericordia y la esperanza también deben alcanzar a quienes cumplen condena.
La institución recordó que en el país más de 236,000 personas están privadas de libertad, muchas aún sin sentencia, lo que agrava la sobrepoblación y dificulta los procesos de reinserción. Destacó que la justicia debe enfocarse en la rehabilitación más que en el castigo.
Entre las medidas sugeridas están garantizar defensa legal desde el primer día, ofrecer programas educativos y certificaciones laborales reconocidas, brindar atención continua en salud mental y adicciones, así como fomentar empleos para quienes egresan del sistema penitenciario.
La Iglesia aseguró que estas acciones reducen la reincidencia y ofrecen segundas oportunidades.